También tenemos muchas leyes en relación con la cultura. Al menos a estas asiste el ministro de turno de la misma.
Así que estoy tranquilo ya que las leyes me defienden. No tengo que soportar el mal servicio de las operadoras de comunicaciones que prestan sus servicios con tarifas muy razonables. Aunque a veces tengo la sensación de que mi teléfono y mi correo, el electrónico y el postal, están a su disposición. Me llaman en cualquier momento, en horario de trabajo o a las 22:00 horas y tienen la amabilidad, eso sí, lo hacen muy amablemente los explotados trabajadores ya que su sueldo depende de ello, de ofrecerme todas las ventajas de sus empresas de telecomunicaciones. También se preocupan de mi dinero. Mi banco y otros que a veces ni he oído nombrar. Tarjetas de créditos, depósitos, hipotecas (ahora ya no, claro), fondos de inversión y de pensiones. Sin contar que otros muchos como editoriales, centros comerciales y demás se preocupen siempre por mi bienestar. Casi todo gratis y con estupendos regalos. Cuando no estoy atendiendo al teléfono a esta gente tan amable, me gusta encender el ordenador y mirar el correo. Estoy protegido y no debo preocuparme de virus, troyanos, gusanos, hoax, spam ni hackers. Las leyes me protegen y no hay necesidad de antivirus ni firewall.
Y las leyes también cuidan a las corporaciones. Hicieron una ley para pagar un canon digital que se cumple con rigor. Primero se paga el canon y luego el IVA. Como debe ser, un 16% por ser artículos de lujo.
Pero no hay que preocuparse, las personas estamos antes que las corporaciones aunque los directivos y consejeros de estas no deban de preocuparse por el ERE. Lástima que unas leyes se cumplan y otras no.
Nota: en los vínculos está la procedencia de las imágenes no vaya a ser que...
