Manuel Martín nos presenta dos mundos con un visión de la realidad diferente que se describen con estructuras narrativas distintas.
Por un lado el mundo sociopolítico y por otro la vida cotidiana. Los objetivos de ambos mundos son distintos y eso conlleva una práctica diferente. El primero sigue la estructura narrativa de la gesta y el segundo el de la parábola.
En el mundo sociopolítico la importancia se centra en la figura, en la forma y no en el fondo. Todo muy cuidado y muy políticamente correcto. En la vida cotidiana se trata de orientar la la interacción hacia la satisfacción de metas socialmente aceptables, influir directamente sobre las creencias y no sobre las interacciones. Y aquí es donde se resume el poder que tienen los medios de comunicación.
